Sólo Hoy

Le pido, sólo hoy, detenga el tren veloz de la rutina que aborda tras el primer café en medio de la alborada, tras esa noche colmada de paz, tras ese abrazo sin fecha de vencimiento mutuo en el que suele encontrar el sueño.

Sólo hoy regáleme un desayuno sin afanes,  sus primeros cien respiros,  ese reflejo del sol en sus ojos cuando apenas es media mañana.

Camine conmigo, sin prisa.

David Felipe Morales
31 de Marzo de 2015

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