LE PROPONGO.


No intente interpretarme, mucho menos entender el lenguaje perdido de mis pensamientos, ni mis deseos más encriptados. 

Puedo compartirle lo que usted pueda leer a través de mis ojos, la primavera constante que se permea con sus vejámenes de belleza y aquello que mis labios descifren en el lenguaje braille de su piel. 

No me analice, ni se introduzca en el laberinto de mis porqués, pero si es indeseable su curiosidad, esperaré a que se convierta en un viento más que roza mi cara. 

Disculpas le ofrezco por las frías palabras, pero hay letras que dicen cosas bellas sobre el mármol frío de lápidas en tumbas abandonadas. 

Sepa usted que mi curiosidad se estimula con tanto; que no es mi interés ser un amor convencional, de esos que se olvidan, amor de esos de página social, de esos de sonrisa perfecta pero labrada en el vacío del que dirán. 

Le propongo vivir ahora, sin escudriñar en el pasado, sin advertir el futuro, alimentando sentimientos con la cosecha diaria de sensaciones. 

Le propongo tanto, pero prefiero que usted sea la intérprete de este lenguaje de amor que la vida me ha obligado a escribir en el tiempo. 

David Felipe Morales 
6 de Mayo de 2015

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