Una historia inconclusa.

Una historia inconclusa, un libro sellado con hojas blancas, una lista interminable de sueños pendientes, de caricias huérfanas, de besos en espera.

Un relato sin fin, una inspiración cercenada, una pluma sin tinta, un café sin sabor, la lamparita de tu mesita desconectada en medio de la oscura noche.

Había tanto para dar y tanto por vivir entonces, aún éramos crédulos, aún entendíamos la eternidad como algo posible, y en la apacible existencia como si fuésemos semillas confiábamos.

Y a esos sueños abstractos nos aferramos a pesar del paso del tiempo para mantener vivo esto que jamás bautizamos.

Quiza esa ilusión de perfección que con los años perfilamos y vemos tan imposible aún nos convoque para hablar de ese espacio fugaz de nuestra vida, y así darnos cuenta que tal vez lo mejor sea seguir con esta historia inconclusa.

David Felipe Morales

Deja un comentario